Define por qué y para qué quieres ahorrar. También define el precio aproximado y el plazo, así sabrás cuánto tendrás que ahorrar mensualmente para lograr tu objetivo. No es lo mismo decir: “algún día tendré casa propia” a “ahorraré durante tres años para la cuota inicial de un apartamento”.

Los expertos en finanzas personales recomiendan ahorrar 10% de los ingresos. Si tus gastos te permiten ahorrar más, no lo dudes, hazlo porque tienes una situación privilegiada. 

Es más fácil si tienes una motivación para la cual ahorrar. No esperes a guardar lo que te sobre, reserva dinero para tus sueños.

Controla tus gastos. Aunque esté rebajado, revisa si lo que vas a comprar realmente lo necesitas. Esto aplica para todo, para compras en vestuario, cuidado personal, tecnología, incluso para las compras en el supermercado (sobretodo si son cosas que se pueden echar a perder).

Es bueno aprovechar las ofertas, pero cuidado, recuerda que esto te aleja de tu objetivo de ahorro. Además, pagar tu tarjeta de crédito puede convertirse en una pesadilla si te has excedido en gastos. Al final, comprarás cosas que no necesitas y lo peor, pagando altos intereses por ello.

Evita gastos innecesarios que te alejen de tus metas de ahorro. Compra lo que realmente necesites.

Planifica tus gastos. Un presupuesto te ayudará a planificar tus gastos de modo que no gastes más de lo que ganas. Debes registrar absolutamente todos tus ingresos y tus gastos (alquiler, transportes, alimentación, vestuario, educación, salidas a comer o al cine, salud, etc.). 

Es aconsejable destinar un poco de dinero para crear un fondo de imprevistos, o bien, pagar un seguro, el cual te ayudará en caso de que se presente una emergencia. Además, ante una eventualidad este fondo o seguro te cubrirá y no tendrás que gastar lo ahorrado para tus sueños. 

La fórmula perfecta: 

INGRESOS - AHORRO = GASTOS.  

Nunca gastes más de lo que ganas. Si lo haces, no estarás guardando nada para lograr sus metas.

Reduce tus gastos en diversión o en placeres prescindibles. Si de verdad deseas cumplir tus sueños, debes "apretarte el cinturón" y dejar aquellos gastos inútiles o que son más placer que necesidad.

Por ejemplo, comer fuera cada día, además de ser costoso, te puede estar causando un sobrepeso a largo plazo; preparar tu comida y llevarla al trabajo tiene varias ventajas: más barata, más saludable, menos excesos, etc.

Otro ejemplo son las revistas o periódicos impresos (que puedes leer en internet), o el café que compras de camino al trabajo. Evita salidas cada fin de semana y disminuye tus idas al cine. Muy importante también eliminar las visitas a casinos o las apuestas.

Evita gastos innecesarios que te alejen de tus metas de ahorro. Compra lo que realmente necesites.

Revisa cada quincena o cada mes tus gastos para detectar cuáles son tus principales fugas de dinero y ¡Corríjelas!

Cuando ya tengas ahorrado algo, piensa en invertir en algo que te dé rendimientos. Busca consejo en profesionales, infórmate sobre todo de los riesgos que implicará tu inversión. Si no tienes mucha experiencia, elije productos de rentabilidad fija como depósitos a término, fondos de inversión, fondos de pensiones, etc.

Otros productos de inversión tradicional son los bienes raíces. Hoy en día existen proyectos de viviendas que pueden adquirirse pagando cómodas cuotas mensuales, incluso una parte es sin intereses.